A partir de 1650, Calderón de la Barca asignó un nuevo papel a la loa y la elevó artísticamente al nivel del auto. En América, sor Juana Inés de la Cruz siguió la batuta del español, y engrandeció la loa panegírica e incorporó los elementos de rigor: personajes alegóricos, fragmentos herméticos, reminiscencias emblemáticas y una ambientación sensorial. Estas loas son piezas que siguen ciertas ‘plantillas’ para glorificar al poder y exaltar la autoridad. Estas plantillas se componen de «paradigmas compositivos que estructuran en parte o en el diseño global su arquitectura argumental y estilística» como acierta Arellano sobre el auto sacramental pero, también es aplicable a las loas panegíricas sorjuaninas de la última mitad del siglo XVII. Propongo un análisis de las cinco loas que la monja compuso para el cumpleaños de Carlos II que consiste en identificar los paradigmas compositivos y compararlos entre sí para poder formular una estructura en tres actos basada en la identificación funcional de los paradigmas.
Published on 05/05/13
Accepted on 05/05/13
Submitted on 05/05/13
Volume 1, Issue 1, 2013
DOI: 10.13035/H.2013.01.01.07
Licence: CC BY-NC-SA license
Are you one of the authors of this document?