Abstract

Para la Unión Europea, la Economía Circular es a la vez una prioridad y una apuesta decidida en favor de un nuevo paradigma económico en nuestro continente. El tradicional modelo económico lineal de producir, consumir, usar y tirar está ya agotado. El objetivo fundamental debe ser cerrar el círculo: trabajar en todas las etapas de la vida de un producto, desde la extracción de las materias primas para su manufactura, hasta su transformación en residuo y posterior reciclaje, con el fin de que su valor se mantenga en el mercado el mayor tiempo posible y que, una vez que salga, pueda ser reciclado para ser posteriormente aprovechado y reutilizado como materia prima que se pueda reintroducir en el ciclo productivo. La Economía Circular no solo aporta beneficios medioambientales sino que supone alcanzar una mayor eficiencia en la gestión de los recursos naturales, lo que generará ahorros anuales de alrededor de 600.000 millones de Euros para empresas europeas, además de crear en torno a 580.000 nuevos empleos. Además, la Economía Circular contribuirá con importantes beneficios medioambientales, con una reducción de entre el 2 y el 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para hacer realidad este cambio de modelo, es fundamental involucrar a todos los actores implicados: los Estados, las regiones, las ciudades y también el sector público y el privado, tanto en lo que respecta a grandes empresas como a PYMES, ONGs, inversores, emprendedores y ciudadanos. La Economía Circular representa un nuevo modelo de crecimiento y desarrollo sostenible que nos hará aumentar la competitividad de la Unión Europea, ganando en eficiencia, ahorrando recursos y generando importantísimos beneficios ambientales.
Se trata de una apuesta clave de la política medioambiental para la próxima década, y supone también para Cataluña una oportunidad única para situarse entre las regiones más punteras de Europa.